Entre copas de vino y chocolates, vimos Clouds, una peli nueva estrenada en Disney+ que trata sobre un chico con un cáncer terminal que cumple su sueño de cantante antes de morir a sus jóvenes 17 años. Me hizo recordar mucho a otra peli que vi recientemente, titulada I Still Believe y que también tiene como protagonista a la música y él cáncer. Coincidencia que despertó en mi esta reflexión.
Podría parecer que existe un evidente link entre ambas Cs (canciones y cáncer) pero en realidad, creo que el verdadero protagonista de ambas historias es la necesidad humana de crear, de dejar en el mundo algún tipo de legado que nos trascienda a nosotros mismos y por ende a la vida limitada que tenemos. Hijos, empresas, arte, escritos, poemas, canciones... son todas en mayor o menor medida nuestra contribución al mundo en vida, y aquellas que nos aseguran de alguna manera una perpetuidad en el tiempo mayor a la que la vida misma nos permite. Es una forma de evitar el tan temido "oblivion" (olvido) del que habla Gus Waters en The Fault in the Stars: 'oblivion is inevitable'.
Nadie quiere ser olvidado.
Nadie quiere sentir que al final de su vida no hay nada que trascienda.
Post a Comment